top of page

La escacez de agua: ¿un problema de todos?

La escasez de agua es un fenómeno natural, pero también un fenómeno inducido por los seres humanos. Aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las necesidades de una población mundial de cerca de siete mil millones de personas, su distribución es desigual tanto en el tiempo como en el espacio, y mucha de ella es desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible. No existe en el mundo escasez de agua como tal, en su lugar hay un número de regiones en el mundo que sufren escasez de agua. Cerca de una quinta parte (1,200 millones) de la población mundial de 6 mil millones de personas, habita en áreas que enfrentan escasez de agua, y otro cuarto de la población mundial (1,600 millones) enfrenta recortes en el suministro de agua debido a que carecen de la infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y acuíferos (ONU, 2005). La escasez de agua representa para muchos países el desafío más acuciante para el desarrollo socioeconómico y humano en genera


Aunque en México las demandas del líquido son múltiples, 76 por ciento del consumo se destina a agricultura, y el problema de la escacez de agua “será más grave para las siguientes generaciones”.



Causas

Existen diferentes causas de la escasez de agua en el mundo, muchas de las cuales dependen de la sobreexplotación de recursos provocada por los procesos agrícolas y productivos. El estrés hídrico afecta cada vez a más personas –tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo– en todo el mundo. Tanto es así, que se estima que la escasez de agua en el futuro afectará a siete mil millones de personas. A continuación veremos las claves.


En México es indudable que estamos ante una crisis hídrica: 60 por ciento de los cuerpos de agua presenta algún grado de contaminación, 157 acuíferos están sobreexplotados, además de que 50 por ciento del territorio ha perdido su cobertura vegetal original. Eso, más el cambio climático, plantean un escenario de alteración del sistema hidrológico.


El coordinador Técnico de la Red del Agua UNAM y director del Centro Regional de Seguridad Hídrica bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), refirió que 71 por ciento del territorio presenta un grado de presión hídrica alto o muy alto, lo cual significa que ya no se pueden abastecer nuevas demandas; y 106 municipios tienen alta vulnerabilidad a las sequías.


El agua: una cara más de la desigualdad



La desigualdad social no sólo se mide en la riqueza o pobreza económica de las familias. Hay otros factores que son determinantes para la calidad de vida de las personas, el acceso a los servicios básicos, especialmente al agua limpia. 


De hecho, para algunas personas, las diferencias en el acceso al agua expresa el poder de unas personas sobre otras; ya que mientras unos grupos, por ejemplo pertenecientes a la industria, hacen uso indebido o explotan el agua para fines comerciales, más de 2000 millones de personas en el mundo, especialmente en zonas rurales o asentamientos, carecen de acceso a los servicios básicos de agua y saneamiento, según datos de las Naciones Unidas. 


De acuerdo con las Naciones Unidas, en las ciudades, las personas pobres que viven en asentamientos informales que no cuentan con servicios de agua corriente, a menudo pagan de 10 a 20 veces más por el agua que sus vecinos de barrios más ricos, por un servicio de igual o menor calidad prestado por vendedores o camiones cisterna. 

Datos recopilados por Oxfam revelan que en 2018 había 9.9 millones de personas en México que no tienen acceso al agua en sus viviendas, mientras que 70% de habitantes en la Ciudad de México, una de las más grandes del mundo, recibía menos de 12 horas de agua continua al día. En las localidades rurales la brecha se vuelve más grande, específicamente en comunidades indígenas.


El acceso al agua potable es un derecho humano, es decir, constituye un aspecto fundamental para la dignidad de una persona, una familia o una comunidad entera. 


Poca agua, y de baja cálidad

La escasez de plantas de tratamiento de aguas residuales con sistemas de tratamiento terciarios (procesos físicos y químicos especiales con los que se consigue limpiar las aguas de contaminantes concretos: fósforo, nitrógeno, minerales, metales pesados, virus, compuestos orgánico), así como la ausencia de programas de vigilancia epidemiológica (basados en el análisis de la calidad biológica y química del agua) son los principales retos a enfrentar, advierte el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).

De hecho, en el periodo de 2016 a 2019, el IMTA detectó que el agua disponible presentó concentraciones de arsénico y fluoruros por encima de las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que vez rebasó los límites máximos permisibles establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994 de salud ambiental.


Para complica la situació, la crisis hídrica y los problemas ecológicos que la entrelazan plantean grandes desafíos socioambientales para México. Y la entidad gubernamental responsable de atenderlos, la Comisión Nacional del Agua, (Conagua), no cuenta con los recursos necesarios ni ningún plan estratégico para abordarlos, según los estudios de expertos y organizaciones ambientales.


En conclusión, la escasez de agua es un problema global causado tanto por fenómenos naturales como por la actividad humana. Aunque hay suficiente agua dulce en el planeta, su distribución es desigual y se desperdicia, contamina y maneja de manera insostenible. En México, el 76% del agua se destina a la agricultura y el país enfrenta una crisis hídrica debido a la contaminación, sobreexplotación de acuíferos y pérdida de cobertura vegetal, exacerbada por el cambio climático. La desigualdad en el acceso al agua también es un problema, ya que algunas personas pagan más por agua de menor calidad, mientras que otras carecen de acceso básico. La falta de plantas de tratamiento de aguas residuales y programas de vigilancia epidemiológica agrava la situación, y la Comisión Nacional del Agua carece de recursos y planes estratégicos para abordar estos desafíos socioambientales.


¿Estamos realmente preparados como sociedad para enfrentar las consecuencias de un problema que en su mayoria fue causado por nosotros?

Bibliografia:
  1. UNAM Dirección General de Comunicación Social. (2023, 14 mayo). Enfrenta México crisis hídrica. BOLETÍN UNAM. Recuperado 5 de marzo de 2024, de https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_370.html

  2. Greenpeace México. (2021, 26 enero). Agua: la otra cara de la desigualdad - Greenpeace México. Recuperado 5 de marzo de 2024, de https://www.greenpeace.org/mexico/blog/9473/agua-otra-cara-de-la-desigualdad/

  3. Alatorre, A. (2023, 16 junio). Pobreza y escasez de agua, retos de la seguridad hídrica. TecScience. Recuperado 5 de marzo de 2024, de https://tecscience.tec.mx/es/salud/acceso-desigual-del-agua/

  4. https://plus.google.com/+UNESCO. (2019, 3 diciembre). Abordar la escasez y la calidad del agua. UNESCO. Recuperado 5 de marzo de 2024, de https://es.unesco.org/themes/garantizar-suministro-agua/hidrologia/escasez-calidad#:~:text=La%20acelerada%20urbanizaci%C3%B3n%2C%20el%20incremento,los%20recursos%20de%20agua%20dulce.




 
 
 

Comments


bottom of page